Entre la docencia y mi profesión

Al confrontar mi profesión con la docencia puedo rescatar que el ser Licenciada en Turismo me permite tener experiencia en control y manejo de grupo por haber trabajado en el área de turismo escolar y por supuesto el conocimiento del idioma inglés, aunque yo lo aprendí de manera comunicativa y no gramatical.

De manera irregular comencé a dar clases en escuelas particulares sobre mi área (turismo e inglés) y después de tener a ni hija me incorporo al nivel medio superior; y lo hice porque necesitaba estabilidad económica y laboral para mantener a mi hija, y al ser un trabajo de medio tiempo podría cuidar y criar a la bebe.

Pero, al comenzar a trabajar con los jóvenes, me doy cuenta de que me gusta, que no lo hago tan mal a pesar de no tener la experiencia ni la preparación necesaria y descubro que es mi vocación y que disfruto mucho ser docente.

Yo considero que el ser docente del nivel medio superior implica una gran responsabilidad y compromiso de preparación y actualización, tanto en pedagogía como en mi área específica; ya que estoy contribuyendo a la formación de seres humanos y futuros profesionistas. Y no se puede jugar con esto, además los jóvenes son muy inteligentes y perceptivos; y se dan cuenta cuando un maestro no tiene el dominio del área, ni la pedagogía para impartir esa clase, y lo ponen en evidencia, y eso no ha de ser nada agradable ni gratificante.

En mi caso, el ser primero orientadora y después profesora de inglés me ha dejado muchas satisfacciones ya que he encontrado en varios jóvenes la gratitud y reconocimiento de mi esfuerzo por tratar de mejorar cada vez más mi práctica docente y por contribuir en alguna medida a su desarrollo personal y preparación profesional.

Algo que lamentablemente sucede en algunos casos y me ha causado insatisfacción es el tratar de ayudar al chico en problemas ya sean personales o de mi materia y no recibo la respuesta que espero, ya sea por rebeldía, problemas emocionales y de personalidad o falta de interés y compromiso.

Reconozco plenamente que me hace falta un largo camino para llegar a la excelencia en mi práctica docente, si es que esto existe, pero estoy segura de que estoy en el camino correcto.